El calentamiento global está causando más estragos de los que nadie se hubiera imaginado. Es el triste caso de los osos polares, quienes han visto cómo las focas, su alimento habitual, desparecen del entorno, debido a los deshielos.En el mar de Beaufort, Alaska, estos mamíferos han inaugurado una cuestionable dieta que los empuja directamente a la extinción: “El escalopín post parrillada”.
A pesar de que algunos machos mataban a sus rivales ante la posibilidad de perder media sandía cuchareada en verano, los expertos contemplan hoy cómo están dispuestos a asesinar por el mencionado escalopín. Sobre todo, tras el opíparo holocausto de parrilladas tras veladas pugilísticas.
Cuando la cocina se ha cerrado a las 3 am y los garzones ya buscan sus monedas para tomar los cuatro colectivos rumbo a Calera de Tango, es cada vez más frecuente que el oso polar, de la variedad Canatrán, haga su desbordante pedido.
El garzón mete de nuevo sus monedas en el bolsillo perro y no tiene más remedio que dar curso a este corolario brutal… ¿y por qué?...porque los osos polares tienen demasiada hambre.
Fuente: Radio Cultural
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